Diablo III es la nueva entrega de la saga más famosa del género hack n' slash, un juego en el que debes abrirte paso por mazmorras infestadas de monstruos y otras abominaciones.
Esta vez Diablo III lo actualiza todo: gráficos, clases y sistema de juego. Pero sigue siendo capaz de ejecutarse en equipos modestos. Cualquiera, pues, puede disfrutarlo.
Las cinco clases de Diablo III -mago, médico-brujo, cazador de demonios, bárbaro y monje-, cuentan ahora con el apoyo de artesanos, PNJ capaces de crear objetos únicos, pociones y potentes conjuros.
Los mundos de Diablo III son en gran medida aleatorios, pero con elementos constantes, como algunos personajes no-jugadores y lugares fijos. Y ahora hay "aventuras", que son misiones que se desarrollan en escenarios aislados.
En este tipo de juegos, los hack n' slash, el argumento, los gráficos y la variedad son de menos. Lo que uno quiere es acción, a poder ser muy, muy adictiva y divertida, sin complicaciones y sin tener que pensar demasiado. Diablo III la tiene.
Los escenarios son ahora destructibles (se acabó eso de dar hachazos para nada), y la energía se puede recuperar mediante orbes rojos. La maná también se recupera automáticamente. El juego gana así en rapidez: nada te detendrá en tu furiosa batalla por más oro y objetos.